En ocasiones, escuchamos hablar en los medios de comunicación de la inmersión de valores que puede provocar el deporte para el desarrollo integral de los más pequeños en la actualidad. Normalmente, somos conscientes de como atribuyen al fútbol una serie de valores (siguiendo el ejemplo de la Selección Española de Fútbol) para que los propios niños y niñas se guíen de los mejores deportistas para poder alcanzar la plenitud máxima y el mayor de sus sueños.
Pero, ¿Tenemos claro lo que puede aportar el fútbol profesional, por ejemplo, a los niños de hoy en día? ¿Qué serie de valores puede aportarle a un niño o niña presenciar un partido de fútbol en un estadio rodeado de una afición que normalmente se dedica a insultar al equipo rival o al propio árbitro? ¿Existe un potencial de valores? ¿Nos gustaría que nuestros hijos tomaran todo ello como ejemplo? Me gustaría que desde esta pequeña reflexión, os invite a debatirlo. Ahora, compárenlo, con nuestro deporte especialista.
En el caso del ciclismo, yo en este caso, lo tengo claro. Desde aquel niño que comienza a salir con la bicicleta y se apunta a una escuela de ciclismo al adolescente que queda con sus “compañeros de grupeta” para poder entrenar después de ir al instituto, hasta aquel niño aficionado no prácticante pero que ve el Tour de Francia con un familiar en casa. Y es que desde la edad más temprana a la profesional, podemos contemplar – excepto en el aspecto de salud y dopaje en el área profesional, lo cual es un tema que deberíamos de plantearnos en otro momento y como puede repercutir en los más jóvenes – como este deporte está rodeado de valores significativos desde el momento de entrenamiento al momento competitivo. Y así en un principio podemos ir trabajando (como especialistas, monitores, preparadores, entrenadores, directores… o simplemente como meros practicantes) a raíz de estos que siempre deben ir entrelazados como:
- El compañerismo, vital desde las edades tempranas ya que debemos de dejar claro, que la amistad y el trabajo en equipo nos llega a beneficiar a todos para conseguir un bien común, un resultado mucho más allá de lo deportivo y una meta mucho más alcanzable si todos participamos en ella.
- La libertad y su sensación de encontrarse en un espacio normalmente ilimitado para sentirnos autónomos de nuestras propias capacidades.
- Honestidad, donde aquí el equipo rival es tu amigo y puedes llegar a incluso a colaborar con él para poder alcanzar un propio objetivo como puede ser dentro de la competición o del entrenamiento. Además de reconocer el trabajo de los demás compañeros y saber que por ello, también tienen su recompensa.
A menudo, nos encontramos en situaciones que sólo somos capaces de salir nosotros mismos |
- Justicia y tolerancia, donde partimos del concepto que no todos los ciclistas somos iguales pero sí debemos de tener los mismos derechos dentro de un equipo, de una grupeta o de una propia carrera.
- Ayuda y unidad, ya que sabemos que debemos de contar con la ayuda de los demás y además ser conscientes que en algún momento podemos quedarnos solos ante la adversidad afrontando las principales dificultades o problemas que nos pueden ocurrir.
- Responsabilidad. Sabemos que el ciclismo es un deporte que supone ciertos riesgos como caídas, averías… y tenemos que ser conscientes de ello e ir transmitiendo esta responsabilidad desde los más pequeños a los mayores dentro de un propio grupo, creando además a éstos últimos, un sentido de la responsabilidad hacia los más pequeños, para poder ayudarnos entre todos.
Dos pequeños ciclistas esperándose para ganar juntos |
- Capacidad de esfuerzo y constancia, uno de los valores más importantes en este deporte, el reconocimiento que para conseguir nuestras metas u objetivos hay que hacer un esfuerzo que será positivo y no se puede conseguir todo de una forma fácil, además de ser constante en todo lo que pueda llevar para conseguirlo.
Y así podría seguir comentando y enumerando numerosos valores que podemos afrontar en el ciclismo de base que podrían perfectamente transformándose de forma positiva y significativa si seguimos ejerciendo esta práctica en los años siguientes.
También, me gustaría dejar consciente que la anterior reflexión que he realizado sobre el fútbol no significa que se pueda excluir como herramienta educativa, pero sí debemos de tener en cuenta como existen otros numerosos deportes que – quizás – pueden proporcionar una mayor integración social, física y psicológica de niños y niñas, al menos desde un aspecto más global y desde todos los ámbitos.
Y entre ellos, considero el ciclismo como un principal estandarte, que debemos de ir puliendo y trabajando desde las edades más tempranas para poder ir consiguiendo derrocar aquello que llaman la actual “crisis de valores” que tanto está apareciendo en las generaciones más jóvenes y que probablemente, trabajando en unas condiciones tanto profesionales como personales óptimas, conseguiremos que vaya desapareciendo.
Fuente: www.entrenabike.com // Mi web sobre ciclismo.
Fuente: www.entrenabike.com // Mi web sobre ciclismo.